Capítulo 14: Gili T

 27 Jul 2024. Gili Trawagan.


El día 24 cogimos otro barco desde Nusa Penida hasta Gili Trawagan por la mañana. Llegamos a Gili T y nada más poner un pie en la isla, ya estaba enamorada de ella. Había mucha gente por todas partes, el agua azul turquesa, carruajes con caballos y miles de bicicletas de color amarillo, azul turquesa y rosa. Solamente tuvimos que caminar unos 100 metros desde el puerto cargadas con todo el equipaje hasta nuestro hotel, lo cual agradecimos mucho después de haber pasado 4 días en Nusa dependiendo de un taxista para cada paso que dábamos. El hotel estaba muy bien ubicado, la zona de la piscina estaba genial, la habitación un poco más regular y no teníamos agua caliente, al parecer venía claramente escrito en Booking pero Maido no se dio cuenta cuando hizo la reserva, así que nos esperaban 3 días de ducha fría. Maido 2 - Julia 1. 

Nos preparamos y salimos a explorar. Llegamos a una playa con poca amplitud de arena pero con una arena blanca y un color del agua preciosos. Pasamos la tarde en unas tumbonas en la playa y haciendo snorkel, justo en la orilla alquilaban las máscaras para hacer snorkel por 1.5€, aproximadamente. Sin esperarlo descubrimos que estábamos en un punto para hacer snorkel perfecto. Había tortugas gigantes que se veían muy fácilmente cerca de la orilla y muchísimos peces de colores. Estábamos contentísimas de poder hacer snorkel a nuestra bola sin toda la gente y sin los barcos que había alrededor nuestra cuando lo hicimos en Nusa Penida. Cuando anocheció nos fuimos al hotel y nos preparamos para salir, habíamos oído que había mucha fiesta en la isla, así que había que descubrirlo. Salimos y, como normalmente, no estábamos solas, habíamos conocido en el barco a una chica chilena y se unió para unas cervezas y a la cena. Había miles de opciones para elegir para cenar y muchos garitos con música en directo. Después estuvimos con unos chicos españoles tomando cervezas y cuando empezamos a animarnos, Maido quiso irse a dormir, así que me quedé con ellos. En España seguramente me habría ido yo también a dormir pero viajando es muy fácil acoplarse a otra gente. La fiesta y el ambiente esa noche me recordó un poco a la fiesta en Canggu, gente muy joven y demasiado borracha. No aguantamos mucho por allí y cuando los chicos españoles decidieron irse, me fui con ellos. De camino a mi hotel, que estaba a 3 minutos andando, un grupo de locales me pararon y me ofrecieron sentarme allí con ellos a charlar y a cantar, no lo dudé y me pillé una cerveza en el 24 horas de al lado y me senté en unos troncos con ellos. Para mi sorpresa, la mayoría no solo había salido de aquella isla sino que habían viajado muy lejos, incluso a Estados Unidos, nada que ver con la gente en Bali, que prácticamente no habían salido de sus pueblos. Sus vidas básicamente consisten en estar despiertos bebiendo, fumando, cantando y charlando hasta las 4 am, no suelen madrugar pero desde que se levantan se echan a la calle a trabajar en sus tiendecillas, a ofrecer alquiler de bicis, carruajes o a vender marihuana o setas, que son muy típicas en la isla. Como la isla es tan pequeña, siempre están unos cerca de otros y al final se tiran todo el día de cachondeo. Cuando nos terminamos las cervezas, nos fuimos a dormir. 

Al día siguiente madrugué mucho y como Maido seguía durmiendo, decidí pasar del desayuno incluido del hotel y salí a la playa a desayunar en un sitio con buenas vistas. Cuando Maido vino, alquilamos unas bicis y nos fuimos a recorrer la isla, la vuelta entera creo que la dimos en unos 40 minutos. La parte en la que nosotras estábamos es la de la fiesta y el snorkel y la otra parte es la de resorts y atardeceres. Nos cruzamos con gatos, perros, carruajes de caballos y, para nuestra sorpresa, tuvimos que parar unos 5 minutos para dejar cruzar la calle a un ganado de vacas que estaban por ahí sueltas en la naturaleza. Tal y como lo había descrito un chico español que habíamos conocido, Gili Trawagan es una mezcla entre Amsterdam, Jamaica y el Rocío. Cuando se acercaba el atardecer nos fuimos a la parte de atrás de la isla y pudimos ver un atardecer muy bonito desde unos puffs. La parte de atrás de la isla se llena de barecillos en la playa llenos de puffs para que la gente vaya allí a disfrutar del atardecer cómodamente, solamente necesitas consumir cualquier cosa para poder quedarte allí tirado en los puffs toda la tarde. Tras el atardecer nos fuimos a una zona donde había masajes al borde de la playa al aire libre y nos dimos un masaje que nos dejó atontadas. Nos costó salir del aturdimiento pero recorrer la mitad de la isla en bici para volver al hotel ayudó. Nos vestimos y salimos a cenar y de fiesta de nuevo. Cenamos en un mercado gigante que hay en la isla, está lleno de puestos con pescado y marisco y en el centro hay muchas mesas para sentarse a comer el pescado que eliges y que te cocinan en el momento. Tras la cena, estábamos muertas y nos costó mucho arrancar, de hecho, no arrancamos del todo porque nos tomamos unas cuantas cervezas en un garito con los chicos españoles y nos fuimos a dormir relativamente pronto. 

Al día siguiente estuvimos de nuevo por la playa en las tumbonas y haciendo snorkel, me seguía pareciendo increíble tener ahí justo al lado a esas tortugas tan grandes y poder observarlas detenidamente y tan de cerca bajo el agua con ese color tan espectacular. Maido se fue a una excursión a hacer snorkel pero yo no quise ir después del mareo que pillé en Nusa en el barquito, así que me quedé yo sola tranquilamente en la playa. Cuando se acercó la hora del atardecer, me subí a la bici y me fui a la parte de atrás de la isla, donde el agua no es tan bonita pero los atardeceres son de película. Estuve de nuevo en uno de los sitios con puffs y desde allí vi uno de los atardeceres más bonitos que he visto en mi vida, el cielo iba cambiando de colores constantemente y a pesar de que había muchísima gente contemplando el atardecer, se respiraba un silencio y una tranquilidad que me hicieron disfrutar de aquel momento el doble. Una vez que se hizo de noche, me subí a la bici de nuevo y volví a la otra parte de la isla, donde estaba nuestro hotel. Allí me encontré con Maido y de nuevo nos pusimos guapas para salir, esa noche sí que prometía, nos íbamos a encontrar allí con un belga que conocimos en Ubud, con las chicas españolas y el francés de Nusa y con los chicos españoles de los días anteriores. Además, era sábado y había una fiesta más gorda que los días anteriores. Salimos a cenar a una pizzería, la pizza es nuestra manera de romper la dieta de arroz y noodles y cada 3 o 4 días la comemos. Luego nos fuimos a Ombak bar y estuvimos bebiendo y nos reencontramos con toda la gente. La fiesta ese día seguía en Sand Bar, y cuando llegamos nos encontramos allí con un fiestón curioso. Nos lo pasamos muy bien y como de costumbre, nos acostamos a las tantas de la madrugada y hoy hemos tenido que madrugar para hacer las maletas de nuevo y hacer el check out antes de las 11. No sé a cuento de qué siempre nos pegamos la fiesta gorda la noche antes de tener que irnos a otro sitio, aunque he de confesar que la resaca y el cansancio sumados a las fatigas siempre son risas aseguradas. 

Hemos pasado la mañana de risas en la playa y ahora estamos esperando al barquito que nos lleva a nuestro próximo destino: Lombok. Vamos a coger un barquito local que es mucho más barato que el barco para turistas y prácticamente tarda lo mismo. No sé si la resaca y el barcucho este van a ser una buena combinación para mí y mis mareos, esperemos que vaya mejor que en el barco en Nusa, lo sabremos en el próximo capítulo.


                         Masajes a pie de playa. 

                       Explorando la isla en bici.

            Gili T = Amsterdam+ Jamaica + El Rocío 

                          Zona de atardeceres. 

                                      Atardecer.

                                Tráfico en Gili T.


El mar 💙

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